viernes, 1 de febrero de 2013

Reserva de la Biosfera (II)

Un territorio que alberga una reserva de éstas características se enfrenta a varios retos:
  1. Garantizar el derecho de la propiedad de los bienes allí establecidos.
  2. Trabajar para la sostenibilidad medio ambiental, económica y social, de las actividades que allí se desarrollan.
  3. Garantizar los servicios prestados por los propios ecosistemas que alberga, para el bienestar de los seres humanos presentes y futuros.
  4. Desarrollar e integrar conocimientos para profundizar en la relación entre las poblaciones y la naturaleza.
  5. Obtener modelos de gestión adaptativa de sistemas socio-ecológicos complejos, etc. 
Estos ambiciosos objetivos constituyen los pilares de un escenario en el que se espera la convivencia de la conservación de la biodiversidad y de las tradiciones con la mejor utilización de los recursos existentes, mejorando su rentabilidad con la aplicación de las nuevas tecnologías.
Los actores de éste escenario son el colectivo científico y de gestores, los educadores, los políticos, los medios de comunicación y sobretodo los principales protagonistas de ésta historia;  la población local, los habitantes de la zona.
Así, cuando entramos en una Reserva de la Biosfera, debemos saber, que en ese lugar no solo se trabaja para conservar la naturaleza, si no que se trabaja para alcanzar un desarrollo territorial equilibrado.
Entramos en un paisaje en que no queremos borrar la huella humana, sino integrarla en el mosaico natural y cultural. En definitiva, nos encontramos en un área donde concurren esfuerzos de todas las administraciones y de todos los actores implicados, donde se busca un modelo de gestión y planificación que repercuta en la calidad de vida de sus habitantes valorizando su patrimonio NATURAL, PERSONAL Y CULTURAL, y llevando a la práctica un nuevo enfoque en la relación entre la ciudadanía y la naturaleza.

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